viernes, 26 de diciembre de 2014

Comunidades virtuales o Sociedad red



           
         Internet se ha convertido en el medio de comunicación hegemónico de nuestro tiempo.  La difusión y facilitación de su acceso, aunado a características que le brindan al usuario una sensación de apertura e independencia, lo vuelven un medio atractivo y con tendencia popular para las masas, por encima de los medios tradicionales.
            Este medio ha influido notablemente en las formas de interacción entre los usuarios, dando pie al surgimiento de nuevas comunidades on line, en las cuales la circulación del contenido y  la práctica de una convivencia alterna, le brindan un significado diferente a la construcción de comunidad.
            “Por un lado la formación de comunidades virtuales se ha interpretado como la culminación de un proceso histórico de disociación entre localidad y sociabilidad en la formación de la comunidad” (Castells, 2003). Este fenómeno rompe el esquema tradicional es la cual el individuo estaba sujeto a convivir únicamente con los grupos primarios de su localidad, y era esa convivencia la generaba un contexto comunitario, en donde los individuos compartían toda clase de información y experiencias que vivan con los demás miembros de la comunidad.
La cercanía y la frecuencia en la interacción eran el sello distintivo en la sociabilidad comunitaria tradicional y la cosmovisión del individuo era condicionada en gran parte, por esta forma de vida.
“Por otro lado se ha acusado a internet de incitar gradualmente a la gente a vivir sus propias fantasías on line y huir del mundo real, en una cultura cada vez más dominada por la realidad virtual” (Castells,  2003). Internet ha provocado la transición de pasar desde las tradicionales formas de convivencia hasta aquellas dominadas por el medio on line, donde los individuos tienden al aislamiento y al abandono de la sociabilidad cara a cara. Los espacios públicos están siendo remplazados por los espacios virtuales.
La convivencia on line le está ganando terreno a la convivencia interpersonal. La gente se sumerge en el ciberespacio y al encontrar ahí una práctica forma de interacción, deja de añorar la interacción en persona. Internet se convierte en la ventana al mundo en el que sin un esfuerzo notable, el individuo puede asomarse y conocer (de manera frívola) el mundo exterior un una práctica hedonista que caracteriza nuestra cultura moderna.

La realidad social de la virtualidad de internet

            Las redes sociales han captado más audiencia que cualquier evento televisado a escala mundial. Se estima que más de 1.300 millones de personas tienen cuenta activa de Facebook.  La actividad social se ha apropiado en toda su diversidad de internet. Las relaciones entre usuarios se ha convertido en una de las actividades más populares dentro del espacio virtual.
            Los juegos de rol y la construcción social de la identidad como base de la interacción on line constituyen una porción muy reducida de la sociabilidad basada en Internet, y es un tipo de actividad que tiende a concentrarse especialmente en círculos de adolescentes. En efecto los adolescentes son personas que se encuentran en un proceso de descubrimiento de la identidad y experimentación de la misma, o de averiguar quiénes son realmente o quienes les gustaría ser, lo cual abre un fascinante campo de investigación para comprender la construcción de la identidad y la experimentación (Castells, 2003).
            Esta idea abre un fascinante campo de investigación sobre la construcción de la identidad. Se percibe a Internet como un terreno en el que se puede jugar con la imagen y fantasear con una identidad fabricada o incoherente con la identidad real que se expone en la interacción física. Contrario a esta percepción, Internet funciona más como una extensión de la vida tal como es, en todas sus dimensiones y modalidades.
            Sherry Turkle pionera de los estudios de identidad en Internet, concluye en su clásico estudio indicando que “la noción de lo real se rebela. La gente que vive vidas paralelas en la pantalla esta en cualquier caso limitada por los deseos, el sufrimiento y la mortalidad de sus seres físicos”
            La identidad creada en la red es por lo general coherente con la realidad física. Al ser el mismo sujeto el que intenta crearla, no puede escapar demasiado a la esencia de sus intereses y actitudes, por tanto, al ser su imagen moldeada por sus propias manos, es un reflejo no alejado de su auténtica identidad.
           
            Comunidades, redes y la transformación de la sociabilidad

            Las redes llegaron para quedarse. Han transformado las formas de sociabilidad de las personas, desplazando las tradicionales que se basaban en los espacios públicos de una comunidad como lugar para la interacción. Ahora las redes son las que sustituyen a los lugares como sostén para la sociabilidad, tanto en las zonas periféricas como en las ciudades.  
            “La gente no construye su significado en las sociedades locales porque selecciona sus relaciones sobre la base de sus afinidades” (Castells, 2003). El hombre es un ser social por naturaleza. De igual forma, la socialización es una actividad instintiva para la supervivencia del ser y de la especie, pero en los tiempos no es una necesidad tan prioritaria. La sociabilidad no es impuesta, por lo tanto el individuo de hoy en día optara por socializar únicamente con aquellos con los que encuentre afinidad y simpatía, no importando si son vecinos, familiares, compañeros de trabajo, de escuela etc.
            Con esto entendemos que la cosmovisión, valores o intereses de una persona, no se ve tan determinada por la sociedad local o el grupo comunitario al que pertenezca. El mundo se conoce a través de uno mismo, por lo que Internet, además de ser una ventana, es un espacio para la socialización y un lugar ideal para el desarrollo de la individualidad. 

Es cierto que la forma de comunidad territorialmente definida no ha desaparecido del mundo en general, pero no cabe duda que ahora juega un papel menor en la reestructuración de las relaciones sociales para la mayor parte de las sociedades desarrolladas (Castells, 2003).

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