viernes, 7 de marzo de 2014

Nuestra sociedad masoquista

                           


               La captura del hombre mas buscado del mundo debe representar una esperanza para la seguridad de una poblacion y un logro de la justicia y el Estado de derecho en una sociedad que aprecie la sana y pacifica convivencia apegada al marco de la legalidad.

                Lamentablemente nuestra sociedad sinaloense no deja de generarme decepcion. Siempre encuentra la manera de lograr el absurdo. La incoherencia, la inconciencia y la apologia del mal son sellos distintivos en sus formas de proceder.

               Joaquin Guzman Loera fue capturado la madrugada del sabado 21 de Febrero en un hotel de Mazatlan tras trece anos de estar profugo de la justicia. Su noticia causo un eco a nivel mundial como un gran cesto en la lucha contra el narcotrafico y el crimen organizado.

               Los diferentes noticieros nacionales e internacionales se orgullecian de poder transmitir la captura del capo mas buscado en todo el mundo. Un hombre con una estigma de clase mundial de alguien danino para la humanidad entera. Seguramente en diferentes regiones del pais e incluso del mundo, la gente escuchaba con agrado la noticia y probablemente, consideraba, que los mas satisfechos serian los mexicanos y exclusivamente, los sinaloenses. Que equivocados estaban.

                Las marchas que se han estado registraton en Culiacan a favor de la liberacion de el chapo, lograron reunir aproximadamente un millar de personas, incluidas familias enteras con ninos menores de diez y hasta de cinco anos. Muy contrastante al planton que convoco MORENA en contra de la Reforma Energetica, al cual solo asistieron doscientos cincuenta aproximadamente.

                Estos es una muestra mas de la descomposicion social que vive nuestro Estado. Una sociedad sin un codigo etico regulado bajo ideales de justicia y legalidad, y que mira con ojos de admiracion a los precursores de la violencia, la degradacion de la salud publica y corruptores del tejido social.

                La posible consecuencia que mas hace temer a los marchistas y a gran parte de la sociedad sinaloense es la penetracion de otras bandas del crimen organizado como Los zetas o Los caballeros templarios, que se dedican al secuestro, extorsion y a una manifestacion mas exhibicionista y sanguinaria de la violencia. Aun tomando en cuenta este argumento, tampoco resulta coherente ni racional exigir publicamente la liberacion de un criminal que mas que ser un mesias, era un delincuente que corrompia instituciones, generaciones y empresas.

                A la gente no se le debe olvidar que Guzman Loera era un hombre que dirigia una organizacion criminal con actividades ilicitas encausada al trafico de sustancias nocivas para la salud publica y al reclutamiento de jovenes para alejarlos de la educacion y transformarlos en sicarios. Un perfil nada noble para alguien que la sociedad considera su protector.

               Apoyar la liberacion de El chapo es una apologia del delito. Es promover la ilegalidad y la violencia en cualquiera de sus formas. Es consentir la corrupcion, el bandalismo, el secuestro, el narcotrafico y la impunidad de lo que tanto nos quejamos. Llevar a nuestros hijos pequenos a estas marchas es ponerles como modelo a un criminal. Es corromper desde pequenos su noble e inocente conciencia.

                 Los sinaloenses somos contradictorios. Mas que una doble moral me parece una falta de conciencia. Rechazamos la violencia y la impunidad en el discurso pero la apoyamos en la practica. El ciudadano no alcanza a asociar a el chapo como un generador de violencia y destruccion. Su nublada conciencia le hace creer que el villano su pueblo es bueno y noble solo porque combate a sus homologos foraneos.

                 La inconciencia y la desiformacion social, suplantada por una cosmovision creada desde el sensacionalismo y el aprecio a los transgresores de la ley, convierten a la sinaloense en una sociedad masoquista. Apoya y defiende practicas y tradiciones ilegales que historicamente han corrompido la paz y generado miles de vicitimas y desplazados.

                Y no vale decir que el de Guzman Loera es un caso especial, y por ser el, se deben consentir estos males. Aplicar la logica de que cada regla tiene su excepcion seria caer en un acto de doble moral. Tan de doble moral como la gente que fue a la manifestacion. Aunque mas que la doble moral, lamento la inconciencia, el masoquismo y la apologia del delito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario