Es cierto.
No soy católico. No soy creyente de su fe ni simpatizante de la iglesia como
institución. Aun así, no puedo andar por la vida ignorando el enorme poder de
un hombre que representa a más de mil doscientos millones de seguidores en el
mundo. Siguiendo esta lógica, es un hecho que el papa Francisco es uno de los
hombres más influyentes en el mundo, no solo por el cargo que representa sino
por su carisma, sencillez y lo innovador que resulta el ser el primer papa
latino de la historia.
En la escena política Internacional,
son pocos los gobiernos y líderes mundiales que critican abiertamente las
políticas del gobierno Americano. Se necesita aún más valor para hacerlo cuando
la crítica se hace de manera directa, en su propia cancha y siendo invitado de
honor.
El papa Francisco concluyo el fin de
semana pasado su primera visita a los Estados Unidos. Su visita generaba muchas
expectativas. Sus posturas en contra del sistema económico, el daño ambiental,
las armas nucleares y la pena de muerte le valieron críticas de la ultraderecha
que lo acusaron de comunista.
Aun así, un sector importante de la
sociedad norteamericana esperaba con ilusión la visita del papa. La gente está
harta de los políticos tradicionales, y Francisco representa un discurso alternativo.
Más allá de las críticas, las causas
y los argumentos de Francisco son justos y sin tintes personales. El problema
es que el gobierno al que visitaba es el que resultaba más salpicado. Es un
hecho que el papa tiene una tendencia izquierdista. Sus posturas son humanas,
sensibles y además congruentes. La justicia, la igualdad, la paz y el
desarrollo sustentable son las banderas de su discurso. Los elementos perfectos
para vestir una ideología que busca el bien común.
Las expectativas eran grandes. Francisco
daría grandes discursos, destacaban uno en la sede de la ONU y otro en el
Congreso de los Estados Unidos. ¿Qué les diría? ¿Qué impacto tendría su mensaje
y que reacciones generaría? ¿Se animaría a ser tan crítico como en ocasiones
anteriores o suavizaría sus palabras? ¿Pediría perdón a los familiares de las
víctimas de abusos sexuales?
El papa sabe que su buen prestigio
ante la comunidad Internacional lo legitiman como uno de los pocos líderes
mundiales como referente para entender los grandes problemas políticos y
morales que enfrenta la humanidad. Es un referente mundial de la moral y la
paz. Tal poder no debe desperdiciarlo en hablar
trivialidades, y una visita a las naciones unidas y al congreso
estadounidense, era la oportunidad para denunciar y concientizar sobre los
males que aquejan a nuestro planeta.
Francisco no llego al suelo del
imperio con un discurso incendiario. Diplomático y conocedor de las buenas
formas para llegar a acuerdos, suavizo sus palabras sin que estas perdieran la
esencia del mensaje. Cuida las formas para poder llegar al fondo. No dejo de
denunciar los grandes problemas mundiales- de los cuales Estados Unidos su
dosis de responsabilidad- de manera elocuente y firme. El tráfico de armas, el capitalismo salvaje,
la exclusión, el daño al medio ambiente, entre otros tópicos de interés
mundial. Analicemos aquí algunas de sus frases más relevantes durante su
visita.
1-
"Sabemos que en el afán de querer
liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando
el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es
la mejor manera de ocupar su lugar".
Estados Unidos es un país con una enorme tradición bélica.
Lidera el gasto militar mundial con una inversión de 610.000 millones de
dólares, triplicando así el presupuesto de China y siendo siete veces mayor que
el de Rusia. Aunado a esto, las políticas intervencionistas en otros países que
han desatado muertes, desplazados y crisis de refugiados en otras regiones del
mundo, todo por sentirse como la nación de que debe interceder por la paz y
jugar a que son la policía del mundo.
2-
"Nosotros, pertenecientes a este
continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace
tiempo fuimos extranjeros".
Las recientes declaraciones de Donald Trump en contra de los
migrantes y su estigmatización como delincuentes y violadores, han generado una
reacción de indignación ante la propagación del racismo, la xenofobia y la
discriminación.
3- "Nuestro mundo está afrontando una crisis
de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial".
La intervención de La OTAN en Siria ha causado enormes costos
sociales. Europa terminara recibiendo solo este año a más de 800 mil refugiados
de la guerra de Siria. El conflicto en total ya suma cuatro años y las
consecuencias han sido catastróficas: 230 mil vidas se han perdido y 12
millones de personas se han desplazado. Estamos viviendo la mayor crisis de
refugiados desde la segunda guerra mundial, y lo peor es que apenas comienza.
4-
"¿Por qué las armas letales son vendidas a
aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y
la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por
dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente.
Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema
y acabar con el tráfico de armas".
El tráfico de armas es el segundo negocio más lucrativo del
mundo, después del narcotráfico. El problema radica en la prohibición de la
droga como motor estimulante del negocio del narcotráfico y esta a su vez del
tráfico de armas. La política económica bélica de Estados Unidos, genera una
enorme violencia a nivel mundial, sobretodo en la región de América Latina.
5-
"El cambio
climático es un problema que no le podemos dejar a las generaciones futuras. En
lo que respecta al cuidado de nuestro hogar, estamos en un momento crítico”.
Estados Unidos es el segundo mayor productor mundial de
dióxido de carbono (5.4 mil millones de toneladas métricas) solo por debajo de
China.
Francisco también hablo sobre las
responsabilidades de la ONU; realizo una tibia crítica al sistema económico
mundial; se expresó en contra del aborto, la pena de muerte y prometió castigar
a los sacerdotes culpables de abusos sexuales.
El papa se ha visto a sí mismo y
consolidado como un mediador político con causas justas y comprometidas con el
planeta y la humanidad. Tuvo la valentía de ir a Estados Unidos y denunciarles
en su cara sus propios males y como afectan a la humanidad entera. Su rol le
hace un enorme bien a la humanidad, falta ver si los líderes mundiales lo
acatan o se hacen una vez más los desentendidos.
Es cierto, no soy católico. Pero debo
admitir que este papa si me gusta.
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