viernes, 2 de octubre de 2015

El papa Francisco desafíando al imperio


            Es cierto. No soy católico. No soy creyente de su fe ni simpatizante de la iglesia como institución. Aun así, no puedo andar por la vida ignorando el enorme poder de un hombre que representa a más de mil doscientos millones de seguidores en el mundo. Siguiendo esta lógica, es un hecho que el papa Francisco es uno de los hombres más influyentes en el mundo, no solo por el cargo que representa sino por su carisma, sencillez y lo innovador que resulta el ser el primer papa latino de la historia.
            En la escena política Internacional, son pocos los gobiernos y líderes mundiales que critican abiertamente las políticas del gobierno Americano. Se necesita aún más valor para hacerlo cuando la crítica se hace de manera directa, en su propia cancha y siendo invitado de honor.
            El papa Francisco concluyo el fin de semana pasado su primera visita a los Estados Unidos. Su visita generaba muchas expectativas. Sus posturas en contra del sistema económico, el daño ambiental, las armas nucleares y la pena de muerte le valieron críticas de la ultraderecha que lo acusaron de comunista.
            Aun así, un sector importante de la sociedad norteamericana esperaba con ilusión la visita del papa. La gente está harta de los políticos tradicionales, y Francisco representa un discurso alternativo.
            Más allá de las críticas, las causas y los argumentos de Francisco son justos y sin tintes personales. El problema es que el gobierno al que visitaba es el que resultaba más salpicado. Es un hecho que el papa tiene una tendencia izquierdista. Sus posturas son humanas, sensibles y además congruentes. La justicia, la igualdad, la paz y el desarrollo sustentable son las banderas de su discurso. Los elementos perfectos para vestir una ideología que busca el bien común.
            Las expectativas eran grandes. Francisco daría grandes discursos, destacaban uno en la sede de la ONU y otro en el Congreso de los Estados Unidos. ¿Qué les diría? ¿Qué impacto tendría su mensaje y que reacciones generaría? ¿Se animaría a ser tan crítico como en ocasiones anteriores o suavizaría sus palabras? ¿Pediría perdón a los familiares de las víctimas de abusos sexuales?
            El papa sabe que su buen prestigio ante la comunidad Internacional lo legitiman como uno de los pocos líderes mundiales como referente para entender los grandes problemas políticos y morales que enfrenta la humanidad. Es un referente mundial de la moral y la paz. Tal poder no debe desperdiciarlo en hablar  trivialidades, y una visita a las naciones unidas y al congreso estadounidense, era la oportunidad para denunciar y concientizar sobre los males que aquejan a nuestro planeta.
            Francisco no llego al suelo del imperio con un discurso incendiario. Diplomático y conocedor de las buenas formas para llegar a acuerdos, suavizo sus palabras sin que estas perdieran la esencia del mensaje. Cuida las formas para poder llegar al fondo. No dejo de denunciar los grandes problemas mundiales- de los cuales Estados Unidos su dosis de responsabilidad- de manera elocuente y firme.  El tráfico de armas, el capitalismo salvaje, la exclusión, el daño al medio ambiente, entre otros tópicos de interés mundial. Analicemos aquí algunas de sus frases más relevantes durante su visita.
1-    "Sabemos que en el afán de querer liberarnos del enemigo exterior podemos caer en la tentación de ir alimentando el enemigo interior. Copiar el odio y la violencia del tirano y del asesino es la mejor manera de ocupar su lugar".
Estados Unidos es un país con una enorme tradición bélica. Lidera el gasto militar mundial con una inversión de 610.000 millones de dólares, triplicando así el presupuesto de China y siendo siete veces mayor que el de Rusia. Aunado a esto, las políticas intervencionistas en otros países que han desatado muertes, desplazados y crisis de refugiados en otras regiones del mundo, todo por sentirse como la nación de que debe interceder por la paz y jugar a que son la policía del mundo.
2-    "Nosotros, pertenecientes a este continente, no nos asustamos de los extranjeros, porque muchos de nosotros hace tiempo fuimos extranjeros".
Las recientes declaraciones de Donald Trump en contra de los migrantes y su estigmatización como delincuentes y violadores, han generado una reacción de indignación ante la propagación del racismo, la xenofobia y la discriminación.
3-    "Nuestro mundo está afrontando una crisis de refugiados sin precedentes desde los tiempos de la II Guerra Mundial".
La intervención de La OTAN en Siria ha causado enormes costos sociales. Europa terminara recibiendo solo este año a más de 800 mil refugiados de la guerra de Siria. El conflicto en total ya suma cuatro años y las consecuencias han sido catastróficas: 230 mil vidas se han perdido y 12 millones de personas se han desplazado. Estamos viviendo la mayor crisis de refugiados desde la segunda guerra mundial, y lo peor es que apenas comienza.
4-    "¿Por qué las armas letales son vendidas a aquellos que pretenden infligir un sufrimiento indecible sobre los individuos y la sociedad? Tristemente, la respuesta, que todos conocemos, es simplemente por dinero; un dinero impregnado de sangre, y muchas veces de sangre inocente. Frente al silencio vergonzoso y cómplice, es nuestro deber afrontar el problema y acabar con el tráfico de armas".
El tráfico de armas es el segundo negocio más lucrativo del mundo, después del narcotráfico. El problema radica en la prohibición de la droga como motor estimulante del negocio del narcotráfico y esta a su vez del tráfico de armas. La política económica bélica de Estados Unidos, genera una enorme violencia a nivel mundial, sobretodo en la región de América Latina.
5-     "El cambio climático es un problema que no le podemos dejar a las generaciones futuras. En lo que respecta al cuidado de nuestro hogar, estamos en un momento crítico”.
Estados Unidos es el segundo mayor productor mundial de dióxido de carbono (5.4 mil millones de toneladas métricas) solo por debajo de China.
Francisco también hablo sobre las responsabilidades de la ONU; realizo una tibia crítica al sistema económico mundial; se expresó en contra del aborto, la pena de muerte y prometió castigar a los sacerdotes culpables de abusos sexuales.
El papa se ha visto a sí mismo y consolidado como un mediador político con causas justas y comprometidas con el planeta y la humanidad. Tuvo la valentía de ir a Estados Unidos y denunciarles en su cara sus propios males y como afectan a la humanidad entera. Su rol le hace un enorme bien a la humanidad, falta ver si los líderes mundiales lo acatan o se hacen una vez más los desentendidos.
Es cierto, no soy católico. Pero debo admitir que este papa si me gusta.