miércoles, 25 de junio de 2014

El enfoque marxista de la comunicación



Teoría y práctica
El marxismo no puede entenderse como una teoría pura, supone una praxis, ligada a una teoría construida por un método. Existe una inseparable cohesión entre la teoría y la praxis. La teoría se entiende como praxis y la praxis como método de confrontación con la realidad, a fin de transformarla. La teoría marxista es enfocada en la revolución de las conciencias para generar un cambio social, por lo tanto la praxis y la teoría deben de ir siempre juntas.
            El marxismo es en esencia la teoría de una clase social: la clase proletaria. Defiende la posición de esta clase dentro del sistema capitalista de producción, e intenta suprimir la alienación que sufran por la clase opresora. Su intención final es despertar indignación en el proletariado en vías de que genere una revolución que permita su conquista y de paso a un sistema comunista.
            La alienación que sufre la clase proletaria consiste en una realidad en la que se le impone y  que al verse inmerso en ella la toma como un proceso de orden natural y no como uno creado por el hombre; en este caso, las clases dominantes. Su capitalización se utiliza para imponerle un orden social que permita la reproducción del sistema. Los medios de comunicación, la escuela y el ejército son elementos que orientan a reproducir el estado actual de las cosas. La clase proletaria se siente ajena aunque participa en este proceso. En ese sentido está alineado, ajeno a la realidad que se le impone.

Bases materiales de la ideología
            Los individuos deben tomar conciencia del proceso que encubre la generación de desigualdad y que impone la distinción entre los dueños de los medios de producción y los dueños de la fuerza de trabajo. La teoría marxista nos presenta un método para develar los verdaderos procesos y denunciarlos. Esta toma de conciencia debe capitalizarse para la generación de una revolución comunista.
            Parte de este proceso social es el conjunto de opiniones más o menos estructuradas que tiende a legitimar el orden de las cosas y a imprimirle una tendencia. A este conjunto de opiniones lo llamamos ideología.
            Según la teoría marxista, el orden de las cosas no es producto de la generación espontánea; tampoco lo son las representaciones consientes de los individuos, sino que se ven influidas por el proceso histórico del contexto en el que están viviendo.  La percepción del individuo se ve condicionada por los procesos reales sociales a los cuales se expone.
            Los individuos ven las cosas como se les aparecen en su contexto histórico. El individuo conoce al mundo a través de sí mismo, y la exposición a un contexto y a las experiencias que sufre en él; por lo tanto nuestra experiencia de vida en un determinado en torno forma nuestros criterios. Como hijos de una cultura, nuestras ideas no pueden ser completamente autónomas, sino que son dependientes del medio al que pertenecemos. No es la conciencia del ser la que forma el contexto, sino es el contexto en el que vive el que moldea su conciencia.

La idea de totalidad
            El materialismo dialectico tiene como idea central la totalidad, entendida como el predominio del todo sobre las partes. Según George Lukács lo que diferencia al marxismo no es la tesis de un predominio de los motivos económicos en la explicación de la historia, sino el punto de vista de la totalidad; el dominio del todo sobre las partes
            Partiendo de esta esta concepción, no debemos ver las producciones culturales ni las instituciones sociales como hechos aislados y autónomos, sino como parte de una realidad social por la cual se ven determinadas. La televisión es regulada por la política, el mercado, una legislación etc. Por lo tanto pertenece a una realidad social de la cual no es dueña sino que se ve inmersa en ella y solo podemos entenderla por sus múltiples relaciones que le dan su ser concreto en cualquier realidad.
            El derecho, la política, el trabajo, la escuela, la familia aisladamente son abstracciones, categorías simples. Solo una vez que es determinada por las múltiples relaciones sociales, de las cuales no puede escapar, se considera un elemento concreto. La teoría funcionalista, específicamente, la de la aguja hipodérmica, considera que quien controla los medios controla de igual manera la cultura de una de un contexto o una región. La teoría marxista por otro lado, ve a los medios como una categoría simple que es determinada por las demás categorías sociales con las que se ven en relación.
            El método marxista es conocido por interpretar el flujo de la historia y la totalidad a través de la vida económica. Esta es una cuestión que debe matizarse. A decir verdad las categorías económicas son un punto de partida para estudiar las sucesivas determinaciones o indeterminaciones del contexto. La producción, la distribución el consumo son categorías económicas abstractas que el marxismo utiliza para ver cómo se ligan con otras y así formar la idea de la totalidad. Para Marx como los individuos producen siempre en sociedad, “la producción de los individuos, socialmente determinada, es, naturalmente, el punto de partida”.
            La totalidad, descrita como proceso, en el que las categorías sociales se relacionan entre si para formar parte de una misma dinámica, dando producto al concreto social. Tomando el elemento principal de método marxista, el sistema de producción determinara y al mismo tiempo será determinado por los planteamientos ideológicos. Esto refiere a una relación interdeterminante y en constante interacción entre la producción y la ideología.
            Esta situación de determinaciones mutuas, tienden a formar un “bloque histórico”, utilizando el lenguaje de Gramsci. Cuando un sistema parece integrado, sus capas sociales tienen pensar de modo tal, que todo el sistema se ve reforzado. Se reproduce la ideología en las diversas instituciones sociales como la política, el derecho, la escuela, medios de comunicación etc.
            La sociedad ha sido organizada de acuerdo a los intereses de una clase, por lo tanto con el compartir ideológico de las capas sociales, la ideología queda blindada formando una hegemonía cultural. La adhesión o no a la ideología que legitima el sistema social en sus rasgos esenciales, tiende a producir o no una crítica revolucionaria. Aun así el sistema hegemónico contrarrestara estas críticas en sus propios términos para legitimar aún más sus elementos esenciales.
            De aquí es importante ver como la teoría marxista devela la dinámica ideología y el significado de un contenido en un contexto. Las ideologías son como un cemento para integrar el sistema.
           





lunes, 16 de junio de 2014

De las audiencias contemplativas a productores conectados

  

         
          Uno de los enfoques metodológicos de las teorías de la comunicación más tradicionales, incluido el enfoque funcionalista, parte de la idea de que es lo que hacen los medios con la sociedad. Quien controla los medios controlara la cultura. Ejercen un poder vertical con las audiencias e insertan a su antojo valores, formas, criterios y gustos. El colombiano Jesús Martin Barbero, dio un giro de 180 grados en el debate sobre los medios de comunicación, al refutar este paradigma y restarle poder a los medios y predecir la desaparición de las audiencias y el surgimiento de una sociedad masiva de expresión.
            Los medios de comunicación masiva configuran un elemento importante en la vida de los individuos que viven en sociedad. Tienen diferentes funciones tales como informar, educar y entretener. En la actualidad existen muchas maneras de interactuar con los medios. Podemos ser simples receptores que no se resisten ante su poder de sugestión; consumidores culturales que a través de ellos nos nutrimos de la cultura mundial popular; opinadores públicos que en base a su información intentamos comprender la realidad de nuestro alrededor para proponer nuevas formas de solución; ciudadanos red que utiliza las redes sociales para dinamizar sus formas de expresión y comunicación; o prosumidores que consumen y producen desde ellos.
            Contrario a la famosa cita de Marshall Mcluhan, ahora las audiencias parecen ser el mensaje y no el medio. Lo hacen vía participación, acceso e intervención. Estamos pasando de la mudez colectiva a la expresión masiva. Este debate marca el campo, porque no somos solo una forma de habitar en los medios sino muchas en simultáneo. Martin Barbero siembra la postura de la escuela culturalista de comunicación en cuanto a la desaparición de las audiencias puesto que ahora los usuarios tienen diversas opciones interactivas, de flujo y movilidad mediática.

Pensar la comunicación desde la cultura y la cotidianidad y no desde los medios.
        
             El enfoque renovador de Martin Barbero fue la postura en el estudio de la comunicación. En lugar de seguir pensando la comunicación como forma de dominación por parte de los medios, había que pensarla desde la vida cotidiana de la gente. Esto significa pensar la comunicación en los espacios públicos en los que la gente interactúa y convive con otras personas; entonces son estadios,  iglesias, plazuelas, escuelas y barrios los que se convierten en objeto de estudio para entender la comunicación que se da en los medios.
            Para entender los contenidos que ofrece la televisión, Barbero va a poner especial atención en los valores y formas de comportamiento con los cuales una sociedad siente la empatía necesaria para codificar el contenido, de tal manera que logre despertar emociones  y gusto. A esto lo llamara reconocimientos.
            El melodrama es aquello con lo todo el mundo logra reconocer; logra significar. Las cosas tienen sentido. Es parte fundamental para entender la cultura popular como un fenómeno masivo fácil de reconocer y por lo tanto, de identificarse.
            La metodología de Barbero va a ser estudiar la telenovela por las mediaciones que aparecen: la cotidianidad familiar, la temporalidad y las competencias culturales. No se trata de pensar la comunicación en los medios sino desde la cotidianidad de la casa cuando la gente va a mirar la televisión. El noticiero y la telenovela funcionan como la continuación de la vida cotidiana de las personas.
            Para la aplicación de este método, echa mano de la etnografía; asiste a los hogares con las familias y ve la telenovela desde la cotidianidad de las personas. Después intenta identificar las características del contenido de la presentación; esto incluye los valores, los personajes, sus roles, sus metas, el drama, la cotidianidad, los criterios de acción y aceptación entre otros. En conclusión se enfoca en develar los reconocimientos de las proyecciones mediáticas en los cuales una cultura se ve reflejada.

Las mediaciones: la conexión entre comunicación y conexión cultural
            
            Barbero define mediaciones a las densas pero secretas conexiones de los procesos de comunicación con las dinámicas culturales y con los movimientos sociales. Esto significa la relación existente de los medios con la sociedad, la cultura, la cotidianidad, las movilizaciones sociales y las formas de producción.
            La clave del éxito de la televisión esta en lograr fibras de la vida real. Los telespectadores deben sentirse identificados y conmovidos con el contenido. La televisión debe insertarse en la cotidianidad de las personas; esa cotidianidad debe reconocerse en la trama y las situaciones que la telenovela plantea. Una vez logrado el reconocimiento y con esto la aceptación y el gusto del televidente, se crean formas culturales de expresión, reacción y valorización. Los personajes juzgan a través de criterios, reaccionan ante determinados estímulos y se expresan utilizando gestos, tonos y expresiones. Todo esto a la vez logra permear en la mente de quien lo ve, para pasar a la fase de la imitación.
            La telenovela y el melodrama contienen un gran peso simbólico. Rescata las dimensiones culturales de una sociedad y proyecta las necesidades, deseos y búsquedas en la vida de la gente.

El fin de las audiencias
            
           Los individuos de hoy en día tenemos múltiples opciones para interactuar de manera participativa con los medios. El estilo de vida surgiente, de estar en los medios, le brinda a “los receptores” participar activamente en los medios. Internet, redes sociales y el celular  brindan acceso a nuevos productores de contenidos.
            El acceso público al internet le permite a un gran número de usuarios descargar videojuegos, música, ver series de televisión y películas por la red, compartir videos, publicar opiniones, carteles y un sinfín de formas de expresión. Con todos estos usos sociales del internet y el celular, Martin Barbero anuncia la desaparición de las audiencias.
            El término “audiencias” surgió para explicar que era lo que los medios hacían con los medios con la gente. Con el surgimiento del celular y el internet es difícil creer en el poder omnipotente que se creía tenían los medios para decirle a la gente como pensar. La gente se encuentra ya en otro canal. La expresión es una búsqueda de los usuarios, los cuales no viven pendientes de los medios tradicionales, sino de los contenidos que ellos mismos producen y comparten en la red y el celular, su propio canal de comunicación.