Teoría y práctica
El marxismo no puede entenderse como una teoría pura, supone
una praxis, ligada a una teoría construida por un método. Existe una
inseparable cohesión entre la teoría y la praxis. La teoría se entiende como
praxis y la praxis como método de confrontación con la realidad, a fin de
transformarla. La teoría marxista es enfocada en la revolución de las
conciencias para generar un cambio social, por lo tanto la praxis y la teoría
deben de ir siempre juntas.
El marxismo es en esencia la teoría
de una clase social: la clase proletaria. Defiende la posición de esta clase
dentro del sistema capitalista de producción, e intenta suprimir la alienación
que sufran por la clase opresora. Su intención final es despertar indignación
en el proletariado en vías de que genere una revolución que permita su
conquista y de paso a un sistema comunista.
La alienación que sufre la clase
proletaria consiste en una realidad en la que se le impone y que al verse inmerso en ella la toma como un
proceso de orden natural y no como uno creado por el hombre; en este caso, las
clases dominantes. Su capitalización se utiliza para imponerle un orden social
que permita la reproducción del sistema. Los medios de comunicación, la escuela
y el ejército son elementos que orientan a reproducir el estado actual de las
cosas. La clase proletaria se siente ajena aunque participa en este proceso. En
ese sentido está alineado, ajeno a la realidad que se le impone.
Bases materiales de la ideología
Los individuos deben tomar conciencia
del proceso que encubre la generación de desigualdad y que impone la distinción
entre los dueños de los medios de producción y los dueños de la fuerza de
trabajo. La teoría marxista nos presenta un método para develar los verdaderos
procesos y denunciarlos. Esta toma de conciencia debe capitalizarse para la
generación de una revolución comunista.
Parte de este proceso social es el
conjunto de opiniones más o menos estructuradas que tiende a legitimar el orden
de las cosas y a imprimirle una tendencia. A este conjunto de opiniones lo
llamamos ideología.
Según la teoría marxista, el orden
de las cosas no es producto de la generación espontánea; tampoco lo son las
representaciones consientes de los individuos, sino que se ven influidas por el
proceso histórico del contexto en el que están viviendo. La percepción del individuo se ve
condicionada por los procesos reales sociales a los cuales se expone.
Los individuos ven las cosas como se
les aparecen en su contexto histórico. El individuo conoce al mundo a través de
sí mismo, y la exposición a un contexto y a las experiencias que sufre en él;
por lo tanto nuestra experiencia de vida en un determinado en torno forma nuestros
criterios. Como hijos de una cultura, nuestras ideas no pueden ser
completamente autónomas, sino que son dependientes del medio al que
pertenecemos. No es la conciencia del ser la que forma el contexto, sino es el
contexto en el que vive el que moldea su conciencia.
La idea de totalidad
El materialismo dialectico tiene
como idea central la totalidad, entendida como el predominio del todo sobre las
partes. Según George Lukács lo que diferencia al marxismo no es la tesis de un
predominio de los motivos económicos en la explicación de la historia, sino el
punto de vista de la totalidad; el dominio del todo sobre las partes
Partiendo de esta esta concepción,
no debemos ver las producciones culturales ni las instituciones sociales como
hechos aislados y autónomos, sino como parte de una realidad social por la cual
se ven determinadas. La televisión es regulada por la política, el mercado, una
legislación etc. Por lo tanto pertenece a una realidad social de la cual no es
dueña sino que se ve inmersa en ella y solo podemos entenderla por sus múltiples
relaciones que le dan su ser concreto en cualquier realidad.
El derecho, la política, el trabajo,
la escuela, la familia aisladamente son abstracciones, categorías simples. Solo
una vez que es determinada por las múltiples relaciones sociales, de las cuales
no puede escapar, se considera un elemento concreto. La teoría funcionalista,
específicamente, la de la aguja hipodérmica, considera que quien controla los
medios controla de igual manera la cultura de una de un contexto o una región.
La teoría marxista por otro lado, ve a los medios como una categoría simple que
es determinada por las demás categorías sociales con las que se ven en
relación.
El método marxista es conocido por
interpretar el flujo de la historia y la totalidad a través de la vida económica.
Esta es una cuestión que debe matizarse. A decir verdad las categorías
económicas son un punto de partida para estudiar las sucesivas determinaciones
o indeterminaciones del contexto. La producción, la distribución el consumo son
categorías económicas abstractas que el marxismo utiliza para ver cómo se ligan
con otras y así formar la idea de la totalidad. Para Marx como los individuos
producen siempre en sociedad, “la producción de los individuos, socialmente determinada, es,
naturalmente, el punto de partida”.
La totalidad, descrita como proceso,
en el que las categorías sociales se relacionan entre si para formar parte de
una misma dinámica, dando producto al concreto social. Tomando el elemento
principal de método marxista, el sistema de producción determinara y al mismo
tiempo será determinado por los planteamientos ideológicos. Esto refiere a una
relación interdeterminante y en constante interacción entre la producción y la
ideología.
Esta situación de determinaciones
mutuas, tienden a formar un “bloque histórico”, utilizando el lenguaje de
Gramsci. Cuando un sistema parece integrado, sus capas sociales tienen pensar
de modo tal, que todo el sistema se ve reforzado. Se reproduce la ideología en
las diversas instituciones sociales como la política, el derecho, la escuela,
medios de comunicación etc.
La sociedad ha sido organizada de
acuerdo a los intereses de una clase, por lo tanto con el compartir ideológico
de las capas sociales, la ideología queda blindada formando una hegemonía
cultural. La adhesión o no a la ideología que legitima el sistema social en sus
rasgos esenciales, tiende a producir o no una crítica revolucionaria. Aun así
el sistema hegemónico contrarrestara estas críticas en sus propios términos
para legitimar aún más sus elementos esenciales.
De aquí es importante ver como la
teoría marxista devela la dinámica ideología y el significado de un contenido
en un contexto. Las ideologías son como un cemento para integrar el sistema.